Historia del Delantal. De la cocina a las pasarelas
En pleno S.XXI el delantal resurge como icono de estilo de la ropa de trabajo y como complemento de moda dentro y fuera de la cocina. Contra todo pronóstico esta pieza muda y se renueva, olvidando su pasado. Ya no queda nada de su condición de complemento mal visto por su asociación con una imagen de mujer atrapada en los roles domésticos.
Pero, ¿cuál es el origen del delantal?, ¿dónde surge esta popular prenda y con que motivo? En Qooqer trabajamos todos los días con el delantal puesto y nos interesa descubrir su historia, ¿nos acompañas?
Empecemos por el principio, el término delantal proviene del latín “de in ante”, del que deriva el adverbio “delante”. Erróneamente muchas fuentes relacionan el origen de la palabra "delantal" en español con el francés “naperon” que significa pequeño mantel o servilleta, término del que si proviene la palabra “apron” en inglés.
El delantal ha sido a lo largo de la historia una prenda de uso popular. En ocasiones ha sido utilizada con fines prácticos, en otros momentos adquiere un papel más noble, destacando su uso decorativo o ritual. Seguramente existe desde que el hombre viste y hay constancia de sus uso en la antigua Creta y el en Egipto faraónico en ritos religiosos.
Durante la Edad Media en Europa los delantales son sobre todo cosa de hombres, y un indicativo de la situación económica y profesional de su usuario. Por ejemplo, los peluqueros ingleses usaban delantales a cuadros para hacer saber su oficio a sus posibles clientes. Se utilizaban los mandiles como distintivo gremial, al tiempo que respondía a fines prácticos. Así los zapateros usaban delantales negros para protegerse del betún o los canteros llevaban delantales blancos que les protegían del polvo blanco de la piedra. Los distintos colores acabaron siendo asumidos por diferentes oficios, los mayordomos adoptaron el verdes y el azul fue usado por tejedores, hilanderos y jardineros…
La transformación del delantal en icono de la feminidad se producirá sobre todo en EEUU a finales de los años 40.
Después de la Segunda Guerra Mundial, tras los horrores vividos y las privaciones de la Gran Depresión, se entroniza la idea de la familia unida entorno a una mesa. El delantal se convierte en el símbolo de los ideales de familia y de una cocina acogedora con suficiente comida para todos. Las mujeres representan con sus mandiles la calidez y la hospitalidad de la familia y de toda una nación.
En esa época comienzan a producirse masivamente delantales con motivos de cocinas: sartenes, cazuelas, cucharas, teteras… Muchos de estos conceptos sobre la mujer y los delantales fueron importados desde EEUU y asumidos por Europa a través del cine y más tarde de la televisión.
Los últimos años de los 60 traen nuevas ideas, aires nuevos que hacen que los viejos delantales se vean como piezas anacrónicas, sólo aptas para abuelitas. La mujer busca liberarse, y también lo hace de la cocina y de sus símbolos.
Al mismo tiempo, y a pesar del paso del tiempo y de las nuevas ideas, los delantales siguen siendo un elemento básico como uniforme de trabajo, sobre todo en comercios, carnicerías, restaurantes, peluquerías…
Es curioso observar que es en ese momento surgen los delantales masculinos dentro del hogar. Los delantales de cocinero aparecen como complemento perfecto para el encargado de parrilladas o paellas. Los padres usan sus delantales al aire libre, en su reino; la barbacoa.
Ya bien entrado el siglo XXI hemos vivido una vuelta triunfal del delantal que podemos enmarcar dentro de un movimiento de revalorización de la cocina. Esta nueva tendencia viene de la mano del éxito internacional de los programas de cocina en televisión y a su gran difusión en redes sociales. Todo el mundo busca al cocinillas que lleva dentro.
El regreso a la cocina, a los alimentos de proximidad y la importancia de cocinarlos uno mismo en busca de una alimentación sana y de calidad ha propiciado que los delantales regresen a nuestras cocinas. Esta vez lo hacen como grandes estrellas, reivindicando su lugar.
Adicionalmente, el movimiento que propugna la vuelta a la artesanía y a la elaboración de productos a mano también ha ayudado al crecimiento del uso de los delantales. El interés por las cosas hechas a mano y vintage ha llevado a un gran sector de la sociedad a mirar al pasado, para reinterpretrar antiguas modas. Los artesanos retoman el delantal como enseña e imagen de su trabajo.
Toda la revolución vivida por el mundo de la hostería en los últimos años ha tenido un reflejo en la imagen de los trabajadores. El delantal se adopta como seña de identidad de varios oficios dentro de la hostelería como bartender o baristas. Viejos- nuevos oficios que reinventan su esencia y su imagen con delantales de bartender o delantales de barista.
Por otra parte, en la restauración el delantal sale de la cocina a la sala. Los delantales dejan de ser patrimonio de los cocineros para formar parte del uniforme de camareros. La búsqueda de una imagen para la sala más informal y distendida hace que se relaje la etiqueta y el delantal conquista la sala. Dentro de esta tendencia los delantales vaqueros son un hito.
Qooqer desde su creación lleva por bandera la reinvención del delantal en España. Hemos puesto en valor el delantal, llevándolo de ser un objeto utilitario a un producto de diseño.
Trabajamos día a día en ampliar y mejorar nuestro catálogo de delantales de trabajo, ofreciéndote todo tipo de delantales profesionales entre los que puedes encontrar tanto un delantal de chef, como delantales negros y de otros colores. Buscamos ofreceros un producto de diseño y calidad que supere siempre vuestras expectativas.